EL ABUELO. 2008.

Escultura el abuelo. Bronce

EL ABUELO

Escultura “El Abuelo” Obra realizada en bronce en el año 2008 por Ángel Gil. . Propiedad del Mesón Frutos. Se realizó a petición de Javier Alonso

Escultura en bronce «El Abuelo» Mecerreyes,
Burgos. 2008. Mesón Frutos. Autor. Ángel Gil

EL VIEJO DEL POYO

Fernando Herrero Rojo

A todos los que, a diario, en nuestros pueblos, descansan en los poyos.

­-Vivo solo en una casa que se me ha quedado grande. Todo es silencio salvo mis toses crónicas. A veces agradezco que me sorprenda algún ruido  cercano porque es señal de que hay vida a mi alrededor.

-Después de un frugal desayuno   necesito salir a la calle para ver a alguien, lo cual no es fácil, .porque sin los otros, aunque los vea solamente a distancia, no sé quién soy.

– A mi edad no se cuentan pasos, sino que se cuentan vacilaciones y miedos; camino con la mirada escudriñando el suelo para evitar tropiezos. Para mí es un logro llegar   al poyo del mesón. Allí me siento. No  puedo ir mucho más lejos.

Y en el poyo de piedra está sentado día y noche. Pantalón y chaqueta de pana; no apoya la espalda en la pared para evitar el roce de la tela y carga el peso del abdomen sobre dos brazos recios con las manos asidas a la curvatura de un cayado, manos toscas que han olvidado la memoria de las caricias.

El cigarrillo, a medio consumir, entre los labios. Cubre la cabeza con una boina, aureola de santidad de la vejez. La mirada, transparente, sale de unos ojos, como dice Cernuda, “donde amanece el alma”.

– Aquí estoy viviendo ya la edad del estorbo.

– No tengo prisa. A esta edad no se tiene prisa. Nadie te espera. El tiempo pasa al mismo ritmo para ti que para mí. Tú lo persigues; yo lo contemplo. Estoy serio; pero no triste. Y acepto mi destino. Es hora de regresar de los sueños y, ojalá, conservar la memoria y  reconocer nuestro pasado.

“Aunque algunos placeres ya no se pueden obtener, la naturaleza sabiamente nos quita el deseo de obtenerlos.”

Envejecer también es aprender a administrar las carencias y, a veces, sobrevivir a ciertas  humillaciones. Cada día aprendo a ser viejo porque nadie sabe cómo serlo.

– Los sábados y domingos me asaltan niños revoltosos y hombres que me ignoran. Sé que para ellos no soy nada, pero para mí lo soy todo porque es lo único que tengo. A excepción de estos momentos, cada día siento que se me reducen los espacios, que el horizonte me parece tan cercano y borroso, que creo alcanzarlo con el cayado. Sólo vivo el presente, envuelto en silencio, sin un triste beso que se acerque a mis mejillas y huérfano de los afectos que me han acompañado durante la vida. A mi alrededor, en la casa, solo hay sillas vacías.

-Es cierto que, a veces, me invade una soledad no deseada porque tengo cosas que decir y ya no encuentro a nadie que me escuche.

La niñez es la hermosa edad de las preguntas; la vejez es la edad de las respuestas. Lo mejor del anciano son los consejos, las opiniones, la autoridad y sabiduría de la experiencia.

¡Cosas que decir! Toda una vida que contar.

Un dicho africano afirma que cuando un viejo muere, con él, desaparece una biblioteca

-Como dice Cicerón: “si no vamos a ser inmortales, es deseable que el hombre deje de existir a su debido tiempo.”

Y en eso estoy: esperando el “a mi debido tiempo”..

Se puede vivir solo; pero no aislado; se puede vivir solo; pero no sin amor. ¡El amor!

 

(…) Si digo amor y me dirijo a todos los que he amado.

Si grito amor y ya no me oye nadie.

Si he sido amor y no soy más que pulpa, polvo, paja.

Si estoy cansado amor y no puedo alcanzarte.

Adiós amor, no vuelvas a buscarme. Te espero aquí,

al lado de la barca. No tengas prisa por llegar.

Seré feliz allí sin ti, sin mí, sin nada.

 José Antonio Llamas

 

 Ahí sigue. Cada día ves paisajes y personas por última vez mientras se abrevia el camino hacia el misterio.

 

P. D.

SIN PRETENSIONES

LA MIRADA DE UN ESPECTADOR ATREVIDO A LAS ESCULTURAS DE ANGEL GIL EN MECERREYES

«¿Qué me importa lo que Cervantes quiso o no quiso poner allí y lo que realmente puso? Lo vivo es lo que yo allí descubro, pusiéralo o no Cervantes, » UNAMUNO.

Ángel Gil es un artista que “ha puesto” unas esculturas en las calles de MECERREYES.  Algunas son retazos del pasado. No para idealizarlo; no pretende que “vivamos en el  pasado”; ni de recrearnos en la nostalgia, sino de cambiar la mirada, al contemplarlas porque son esculturas que nos permiten viajar al pasado e inspirarnos en él, pero no pretende revivirlo,

Para la mente humana solo existe aquello a lo que prestamos atención. A partir de esa “existencia” comienza nuestra interpretación personalizada, nuestra percepción.
No ven los ojos; ve el cerebro, con sus filias y fobias, con sus prejuicios, con sus miedos, con sus alegrías.

Todas las interpretaciones son válidas

Como autor “que empaqueta y presenta, con mayor o menor éxito, informaciones propias y ajenas”, me permito publicar, con atrevimiento y desfachatez, las mías.

¿Por qué no escribes y añades tus interpretaciones?

ATRÉVETE. INTÉNTALO. SIN MIEDO AL RIDÍCULO

“No te creas más, ni menos, ni igual que otro cualquiera, que no somos los hombres cantidades. Cada cual es único e insustituible; en serlo a conciencia pon tu  principal empeño”. (Unamuno)

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